Los Bancos Centrales no
son los Reyes Magos,
deben de dejar de
manipular el mercado
Daniel Lacalle
Desde que se produjeran estas palabras, el tipo de interés no ha parado de bajar. Tras la crisis de 2008, el BCE se vio obligado a actuar para que Europa no cayera. El problema es que inyectar dinero barato se ha perpetuado en el tiempo, convirtiéndose en un problema para los Estados, de forma más enérgica en los países más endeudados, como es el caso de España.
En este gráfico observamos cómo a partir del anuncio de Mario Draghi, la desescalada ha sido de forma continuada en el tiempo, llegando al 0%. Esta actuación puede tener sentido para que los países en peor situación fiscal puedan realizar reformas estructurales, beneficiándose de una financiación prácticamente gratis. Los Estados están continuamente refinanciando la deuda pública, de ahí la importancia del coste al que se tienen que financiar. Es cierto, que ahora mismo vivimos en una abundancia de dinero barato, donde financiarse no es el principal problema. El caos puede producirse cuando el BCE decida subir los tipos de interés, esto significaría que los países más endeudados serían las principales victimas de dicha actuación.
Este pasado jueves el Banco
Central Europeo decidió seguir aumentando la compra de deuda, debido a la
actual pandemia que nos asola. El horizonte temporal estimado para dichos
estímulos es al menos hasta marzo de 2022. Dicho esto, hay una gran evidencia
de que estas políticas no convencionales seguirán con nosotros, perpetuando aún
más el terrible endeudamiento que asola al mundo occidental.
Uno de los indicadores a nivel
global es el bono a 10 años. ¿Por qué? Es un activo considerado “sin riesgo”
dentro de la renta fija. Esto se debe a que suele ser un activo bastante
estable durante el tiempo, también
usado para estimar la Prima de Riesgo de un país.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Investing.com
Con estos datos podemos observar cómo los inversores que están
comprando dichos bonos de 2,5 y 7 años, manteniendo dichos activos hasta su
vencimiento, perderían dinero. Por supuesto, dicha situación no es solo en
nuestro país; a continuación, se puede observar cómo dicho problema
afecta a más países.
Para finalizar, es importante
recalcar que dichas actuaciones del Banco Central Europeo no deben perpetuarse
en el tiempo. Tan solo deberían ser unas medidas temporales, que sirvieran para
que los países que han gestionado de forma ineficiente su trabajo, puedan
sanearse. Es importante evitar entrar en el círculo vicioso del dinero barato,
ya que el incentivo a realizar malas
inversiones y malos proyectos es mayor.
Alonso Gómez Argente